¿Qué es la Coordinación Parental?

La coordinación parental es un proceso que se utiliza en los casos de separación, divorcio o conflicto entre padres. Tiene por objetivo implementar un plan de parentalidad por medio del cual los padres puedan aprender a resolver sus disputas, supervisar el cumplimiento del mismo, a resolver oportunamente los conflictos relativos a sus hijas e hijos para salvaguardar el sano desarrollo de sus hijos.

El plan de parentalidad se diseña y se desarrolla de acuerdo a las necesidades específicas de cada familia.

La finalidad de la coordinación parental:

  • Reducir el conflicto entre los padres.
  • Garantizar la seguridad y los intereses de los hijos.
  • Concienciar a los padres y reducir el impacto que tiene la escalada de un conflicto en el desarrollo y bienestar de sus hijos.
  • Entrenar a los padres en habilidades y técnicas para la comunicación asertiva y escucha activa.
  • Ayudar a los padres a diseñar y poner en práctica su propio plan de parentalidad para que se puedan satisfacer las necesidades emocionales, físicas y sociales de sus hijas e hijos.
  • Recomendar la utilización de otros recursos terapéuticos, educativos y sociales.

Es importante que los adultos separen la relación de pareja a la relación que tienen como padres la cuál la tendrán el resto de la vida de sus hijos/hijas. Por lo que es importante que esta relación sea lo más sana efectiva posible.

La coordinación cuenta con 4 fases:

Fase 1: Evaluación y diagnóstico

Esta fase tendrá una duración de 8 horas de sesiones. Las sesiones se llevarán de manera individual por lo que seran 4 sesiones para cada uno de los padres. Dicha fase tiene como objetivo identificar los recursos cognitivos, emocionales, conductuales y habilidades parentales de cada progenitor.

Las entrevistas con los hijos/hijas se realizarán únicamente de ser necesarias.

En esta fase se busca que el coordinador tenga el conocimiento de las posiciones, intereses y necesidades de ambos progenitores.

Fase 2: Intervención (fase media)

La duración de esta fase dependerá de la cooperación de los progenitores y de acuerdo a las necesidades especificas de la familia, se podrá tener un mayor conocimiento al terminar la FASE DE EVALUACIÓN Y DIAGNÓSTICO.

En esta fase las sesiones podrán ser en distintos lugares, tanto en la oficina del coordinador como en el domicilio de cada uno, se podrá acompañar a la recogida de la escuela, o de alguna actividad.

En esta fase también se podrán tener entrevistas en los colegios de los niños, con familiares cercanos, terapeutas, cualquier persona que sea cercana a los niños.

En esta fase también se trabajará en la forma de comunicación entre los padres, para que sea una comunicación efectiva y una escucha activa.

En esta fase se trabajará para completar el divorcio emocional, construir una co-parentalidad funcional priorizando el derecho de los hijos a amar y disfrutar de ambos padres y que los hijos puedan tener relaciones fluidas y frecuentes con ambos padres sin quedar atrapados en conflictos conyugales.

Fase 3: Fase final

En esta fase las sesiones se deben ir espaciando, por ejemplo una vez al mes, de esa forma la familia va recuperando una mayor autonomía y se puede comprobar si las pautas ofrecidas y las estrategias y técnicas empleadas han tenido su efecto.

Una vez comprobada que se han instaurado nuevos patrones de comportamiento y de relación entre los involucrados, se van espaciando tanto las sesiones como las comunicaciones de la familia con el Coordinador Parental.

Cuando el Coordinador Parental considere que la familia puede continuar de forma autónoma, se dará por finalizada la intervención.

Fase 4: Fase de seguimiento

Para cerciorarse de la continuidad de los cambios, se realizará algún tipo de seguimiento, como llamada telefónica, mensaje o correo electrónico cada 3 meses y después a los seis meses.